Es sábado, 10 de la mañana, estamos en una casa cualquiera de un barrio cualquiera de una ciudad cualquiera de España, Ruben tiene 10 años, zurdo de los que pocos quedan , de amague y dribling, gran disparo y mas talento aun. Como todos los sábados Ruben se levanta temprano después de pasar la noche metiendo goles tejidos en sus sueños de futbolista, desayuna y como todos los sábados por la mañana enciende su consola , para ahora en lugar de soñar dormido hacerlo de manera virtual pensando que es Leo Messi, en la Playstation 3 que su padre le compró como premio por haber metido 5 goles en un partido, aun se acuerda de la suerte que tuvo ya que su madre estuvo a punto de cancelar el regalo al catear ingles en el cole , pero el padre se opuso al castigo debido al extasis de la machada de los 5 goles, mucho mas emocionante e importante para el que aprobar inglés, además es mas gratificante presumir en el bar de que tu hijo meta 5 goles a hacerlo de que aprueba una asignatura. Mientras Ruben juega controlando a su ídolo con el mando, su padre piensa en la mala suerte de no haber nacido 50 años después, época en la cual la tecnología ya habrá inventando algún tipo de mecanismo para poder controlar a su niño domóticamente en lugar de hacerlo de la forma mas arcaica: el grito puro y duro. Que feliz serian él y su garganta si se pudiera controlar a su hijo de esa forma en lugar de tener que darle ordenes a viva voz durante los partidos que Ruben juega todos los sábados por la tarde. A Ruben le gustaban mas los Sábados por la mañana, la espera se hacia mas corta y disfrutaba mas , ya que jugaba en la liga local, con sus amigos del barrio, ahora no, ahora lo hace en la liga de la provincia, y ya no juega con sus mejores amigos, de echo no tiene amigos en ese equipo, sus compañeros no le tratan tan bien como lo hacían los chicos del barrio, pero Ruben tuvo que cambiar de aires ya que según su padre “ esa liga no es competitiva, y tus compañeros son muy malos, tienes que hacerlo todo tu solo”. Es la hora del almuerzo y hoy toca espaguetti “cometelo todo aunque no te guste que esto es lo que comen los jugadores de la selección” le espeta el padre al niño, además que si juegas bien te llevo luego al Mc Donalds. El padre , listo como pocos utiliza la misma psicología para el niño que para el perro, al que le recompensa con galletitas si le hace caso, todo un genio de la psicología. Terminan de almorzar , se acerca la hora del envite y toca charla táctica. “Ya sabes lo que tienes que hacer,este es un partido importante, nos jugamos mucho”, en este momento Ruben sigue mirando al padre pero desconecta, su cuerpo está presente , pero su mente anda inmersa en otros menesteres, cosa que obviamente el padre ignora. Éste utiliza toda su sapiencia balompédica. ” Amaga para un lado y te vas para otro, busca el pase al hueco a nuestros jugadores rápidos, toca y vete, finta el desmarque de ruptura y ven a recibir”, Ruben sigue asintiendo como si de un zombie se tratara, “ cuando definas busca el palo largo siempre, en los córneres marca jugada y pégale con el empeine interior, de rosca” .El padre prosigue con su retórica aprendida a base de poca formación pero de muchas horas trasnochando escuchando al gran Jose Ramon de La Morena, leyendo periódicos futbolísticos y teniendo conversaciones en bares. “En defensa tienes que bascular y hacer presión intensiva, le ofreces siempre tu lado bueno y amaga con la entrada, si se te va : “tackling”, el padre que se da cuenta de que el niño esta off line le recrimina” Ruben , ¿me escuchas?” , “bueno pero sobre todo juega sin preocupaciones”. Esto último lo ha copiado de lo que le dijo Del Bosque a los de la roja en la final de Sudafrica, y desde entonces lo introduce en sus charlas, después de sus 500 instrucciones preocupantes le pide que no se preocupe. Vaya paradoja.
Llegan al campo y padre e hijo se dividen, el niño a vestuarios y el padre al bar del club, allí tiene otra charla con 3 padres mas, de su estilo, a los que alecciona y coloca para ganar el partido, ya que si no fuera por ellos y con el “manta” de entrenador no ganarían un partido. La estrategia es clara, un padre se coloca detrás de la portería propia para tener controlado al jugador mas controlable del campo, Javi, el portero. El pobre guardameta no conocía los sufrimientos del oficio hasta que le colocaron a un padre detrás de su meta, evidentemente al crio, no le dan la oportunidad de pensar y es una marioneta en manos del padre de turno” sal, habla, saca rápido” , ya se ha acostumbrado a hacer lo que le dicen e incluso espera la orden dictatorial de “tirate” para comenzar su estirada. El pobre portero aún se lamenta de aquellla vez, en la que siendo jugador y ante la gripe del portero titular, el mister pidió voluntario para tal misión, el niño, con mas ansias de ser protagonista que de ser portero levantó la mano decidido.También lo hicieron dos jugadores mas : el libre y el goleador, pero el mister tiró por el eslabon mas débil de la cadena y colocó a Javi de cancerbero, mucho mas prenscindible en el campo que sus dos compañeros. Desde aquel dia, hace ahora 2 años, el niño sigue siendo portero muy a su pesar, desde aquel entonces nació portero y se morirá siendo portero. Siguiendo con la ubicación , otro padre se coloca en una línea de banda, otro en la contraria, y el padre de Ruben , debido a los nervios de cada partido y a no poder estarse quieto, lo hace con libertad de movimientos, lo que siempre ha soñado ser desde pequeño pero como sus habilidades no le permitían serlo en el campo cuando jugaba , ahora se conforma con serlo en la banda. Eso si, todos tienen una clara consigna: presionar al arbitro, su gran rival. Todos los colegiados tienen algo en común: "son muy malos y quieren perjudicarnos para que no ganemos la liga "( cosa que seguramente le importara mucho a los trencillas). Empieza el partido. Suenan al unísono cual sonido de gaviotas en una tranquila tarde de playa las voces de los padres pidiendo presión, la palabra mas repetida en todas las tardes de futbol, al sufrido entrenador ni se le escucha . Junto a la palabra presión la mas repetida cuando pierde el equipo es : concentración. No saben muy bien que quiere decir pero la usan como si la hubieran inventado ellos,desde el dia en que el papa de Ruben la escuchó en una rueda de prensa del entrenador del Athletic, que al no saber explicar porque perdió su equipo recurrió a la palabra milagrosa. Cuando pierden un partido por un fallo táctico que no saben descifrar , recurren a esa palabra mágica que todo lo resuelve, “faltó concentración “ dicen, y dejan atónitos a cualquier padre que atreva acercarse al Sanedrín futbolístico que se forma en el bar del equipo al finalizar los partidos. Empieza bien el partido y el marcador al descanso señala el 2-0. Ahora a descansar , toca ambigú y cubatas para que no decaigan los ánimos. “Anda que si no es por nosotros …” , “ahora a amarrar y no hacer cambios” , son algunas de las consignas que se oyen , apuran rápido las bebidas y vuelven a su ubicación antes de que empiece el partido, no vaya a pasar como la última vez. Esa vez fue cuando jugaron en el campo del Estrella de plata, tercer clasificado y alargaron mas de la cuenta su presencia en el ambigú, en estas empezó el partido y el otrora imaginativo Ruben se queda solo con el portero. Hace 2 años cuando su padre no iba a verle hubiera acabado la jugada con una finta, un amague, etc. Pero no, esa vez no, acostumbrado como estaba a recibir la orden de su padre, del mismo modo que el muñequito de la consola espera que el jugador toque el botón adecuado, Ruben se queda solo delante del portero, y al no escuchar la indicación de tirar se quedó paralizado delante del guardameta sin saber que hacer, y claro este el portero acabó arrebatándole la ocasión. El partido se reanuda y el equipo golea, Ruben hace 2 goles, previa indicación de su padre de que tirara claro está. Termina el partido 8-0 y los padres se congratulan del resultado, se quitan la presión que llevan consigo durante toda la semana que llevan soñando y esperando ansiosos el partido, cosa que les sirve para soñar que sus hijos compiten en la Copa de Europa y no en una liga provincial , una de tantas que hay en España y así abstraerse de su verdadera realidad, que no es otra que realizar a través de sus hijos lo que ellos no pudieron hacer en su época de mediocres jugadores, es el sindrome Peter Pan futbolístico. En el coche camino a casa Ruben mira a su padre con envidia, piensa que ojala fuera él quien disfrutara de su deporte favorito y no su padre. Recuerda con nostalgia la época en la que era feliz corriendo detrás de un balón , jugando con sus verdaderos amigos, sin la presión del resultado , era feliz tirando caños, haciendo bicicletas y buscando paredes, cosas prohibidas en este futbol provincial tan táctico. Ahora alcanza a comprender la tristeza de los leones que una vez vió en el zoo, en una excursión escolar, si al felino le han quitado la libertad natural a el le han quitado la libertad como jugador, la libertad que tiene cada niño para disfrutar de su deporte, la libertad de pensar por si mismo, la sagrada libertad de equivocarse. Al llegar a casa tras recibir su hueso por el trabajo bien echo (la hamburguesa), Ruben enciende de nuevo su consola a la que adora jugar, empieza a controlar a su jugador favorito, Leo Messi, y se da cuenta de la situación, ahora es él quien controla a Leo , al igual que hace su padre con él. Ruben apaga la consola, ya no disfruta con el fútbol, y se dice para el mismo que ojala hubiera nacido 50 años después ,fecha en la que con el avance de la tecnología algún científico invente un aparato para , al igual que hace con la consola, poder apagar a su padre durante el tiempo que dura el partido y así poder volver a disfrutar de su deporte favorito.
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